martes, 29 de mayo de 2007

Cambio de aires

Los saltamontes azulados no follan tan bien como los elefantes submarinos. Cuanta razón condensada en una simple y sencilla frase. El mar siempre está desbordado y hoy peso demasiado como para sobrevivir al violento oleaje. Decido guarecerme en mi mazmorra...me ahogo entre el lodazal de mierda que ha ido formándose a mi alrededor ¿llegará a taponar definitivamente mis vías respiratorias? Creceré y creceré hasta llegar a la altura de la ultraconocida hormiga rosa. Las cigüeñas suicidas morirían de envidia si lo vieran. Y hoy necesito purgar mi rabia y tirar sin parar de la cadena del water de la esperanza. El pene de los caballos llega a medir 8 veces el tamaño de su cerebro y 200 veces la magnitud de los pensamientos de un hombre cualquiera (eso dice un tal Premio Nobel). No es como actúa, ni lo que dice, si no lo que no hace. Desabrochame las orejas que hay cosas que prefiero no oír. Lucho, me rindo y solo pienso en alejarme. ¿Seré algún día tan veloz como el enorme culo de mi vecina despuntando desde la otra orilla de la escalera? y siempre oteo el horizonte deseando vislumbrarlo...El zumo de cebada actuará de sedante, intenta no pensar.
Reviso exasperada las ofertas de empleo en el extranjero y decido ir a mirarlo mañana, con más calma. Siempre quise ver mundo...y a pesar del lastre inevitable del ingles creo que podre intentarlo.
¿Cuando se vio a una fiera foca retroceder ante el peligro? o foca fiera...como gustes.


lunes, 28 de mayo de 2007

Retales

Desempolvo mi viejo saco de mentiras y me dispongo a tejer con sus hilos cúmulos de verdades. Elijo con cuidado, gris, suave. Siempre es mejor si además de bonito huele bien. Raizes secas y azahar marchito, no tengo más. Dibujo en el aire con los irregulares retales de tela que voy poco a poco creando. Y nada es nuevo, todo ha ocurrido ya de algún modo u otro. El argumento de esa peli es igual que el de aquella otra, ya existía una Ines en los libros de aquel famoso autor y la muerte nunca podrá volver a ser tratada del mismo modo que lo hizó Manrique ¿o si?.
Con las personas...igual.
No ha llovido mucho desde aquel día en el que me vi obligada a abandonar mi cómoda posición de princesa y huir con lo puesto de mi antaño florido torreón, convertido ahora en húmeda y tenebrosa mazmorra. Sus barrotes me asfixiaban y la tozudez de los razonamientos de mi guardián me enervaban. Perdí un, en teoría, generoso dragón con el que de tanto convivir había logrado matar mis sentimientos hacia sus buenos propósitos y ya solo le veía como un algo que coartaba mi vuelo.
Después de aquella huida, nuestro lazo comenzo a estrecharse y como iguales empezamos a caminar. Y no se que ocurre...pero siempre similar. Intolerante y cabezón creíste saber por donde caminarían mejor mis pies y sin darte cuenta, imagino, decidiste que tu sendero acabaría en torreón y esa sería mi prisión -No quiero que te hagan daño-...Y detesto que me regañen, no hay nada que me siente peor. Me cargaste con piedras duras y pesadas para impedir mi revoloteo y mis torpes susurros no hicieron más que acrecentar tus imperativas ordenanzas. Me canso. Rompo los barrotes y arrojo todo el lastre a la orilla del camino, si quieres cagar pesimismo y desolación hazlo sobre tu destino, hazlo en soledad. Cobarde ¿Como has podido destruir algo tan solido como nuestra amistad? y me alegro de no haber leído tus piedras sobre algo más visceral... si esto es lo que le haces a algo tan solido como nuestra hermandad, no quiero ni imaginarte lidiando con las desventuras del amor.
Me siento dueña de mi destino, evitaré posar los pies en el suelo.

Necesito pensar.


domingo, 27 de mayo de 2007

Decadencia

Hacía ya unas cuantas excursiones que acabábamos en aquel lugar. Ni en las profundidades del más tórrido de los infiernos podía hacer tanto calor. Cumplía todos los preceptos del buen antro. Pequeño, oscuro, asfixiante, alcohol barato, buena música, dudosa higiene, y la guinda: retretes sin tapa...ya ni hablamos del papel higiénico (ese gran desconocido) ¿puertas? uff esta vez si. Entre mareas de cuerpos bailando al ritmo del clásico Highway to hell fui despojándome poco a poco de los ropajes. ¿Champán de pobres? las abandono en medio de una insustancial charleta y me encorajino hacía la atestada barra. Sidra fresquita para empezar. Prosigamos con la cerveza. Calimocho de postre....
El calor asfixiante acrecienta la sed, podemos permitírnoslo, bailemos. Batallones de notas en mis oídos y no es que vea doble pero si borroso. ¿Me aburro? Compañeras de guerra enzarzadas en secretas batallas de miradas. Rozes tontos. ¡¡AGH!! noooo el amigo feo de la víctima. Huyamos.
Desorientada entre la espesa maleza de brazos, sudorosa y escondida empecé a sentir el revoloteo del fuero interno y sin más mi mirada se clavo en un punto, ella.
Rubia, se sabe sexy y me mira divertida por encima de su copa 3x9 euros. Sonreí y la observe descarada (a esas alturas yo no estaba para sutilezas) desde la otra punta de la barra, aunque más que barra diría trinchera. Pelo rizado y encrespado, exceso de carmin en los labios, mal maquillaje, camiseta dejando entre poco y nada a la imaginación (pechos grandes) y pantalón ajustado negro...botas de cowboy, como no. ¿Gordita? vaaaaaa. Se desata una pequeña lucha en mi interior (no muy larga) y decido acercarme. Continua mirándome. Saca coqueta un pitillo y se lo lleva a la boca, un chatungo le da fuego...hace aros con el humo. Se rompe el embrujo.
Me siento como un asesino que acaba de superar una crisis psicotica que le obligaba a matar. Resurjo de entre los abducidos y el mundo reaparece ante mis ojos. Miro alrededor, todo rostros conocidos. Uff menos mal. Vuelvo a mirar alrededor...algunos rostros más conocidos que otros...ummm lo políticamente correcto acaba de guiñarme un ojo.

Hará ya unos cuantos meses desde que un día decidió acercarme una copa y a cambio, borde, le regale media sonrisa. Melena enredada al viento, pendientes y tatuajes. Típico. Chaleco vaquero repleto de parches y las mangas recortadas. Guapo. Brazos tremebundos y cuerpo trabajado. Inocente. ¿por que no?
Y descubrí que encajábamos bien contra la pared de aquel baño con retretes sin tapa, detestaba la cerveza (pero nunca tanto como su trabajo), vivía con sus padres a pesar de haber sobrepasado la treintena y por cada músculo que ejercitaba, una de las pocas neuronas supervivientes a unos años lejanos de los que siempre hablaba, se suicidaba.

Me aburro. Se acerca atraído por el luminoso cartel de ESTOY SOLA que supongo a estas alturas llevaba colgado en la frente. Bla Bla. Los ojos verdes, ya me había olvidado. Bla Bla. ¿Que habrá pedido en la barra? sabe diferente. Bla Muack.
Y sin más una tormenta de besos sin aliñar. Me escudaría en la vil escusa de que fue una sorpresa pero mentiría. Deje que el asa de mi sujetador se deslizara coqueta por mi hombro cuando empezó a contarme por décima vez "como debían hacerse las cosas". Me aburro. Manos expertas, cuero apretado, braguetas voladoras. Me dejo llevar...y sin avisar, como siempre, su recuerdo. Se cierra el grifo. Mitad de camino hacia el picadero me bloqueo. Sonríe, empalidezco. -¿qué ocurre?- rápido, rápido, rápido... ¡¡¡piensa!!!

Sonrío -Es que me parece muy bonito- sonríe -¿el qué?- sonrío -Que no te importe- su sonrisa duda pero se mantiene -¿el qué?- sonrío -Que tenga sífilis- ...
Y huyo del local con el corazon a mil por hora. ¿Verguenza? Mi boca se expande e intenta desesperada tocar mis orejas. Más deprisa. Voces a mi espalda, corre. Y noto como brotan de mi garganta unos sonidos poco familiares ultimamente...Corro semi desnuda, riendo alegremente.
Me siento libre...me siento loca.
No podre volver allí en mucho tiempo.

P.D. : Y aunque no lo leais...Mil gracias por guardar mis cosas ;)




Little Wings

Groaaar siento, pienso, sueño ¿por que no?. Luces de lunas rotas alborotan mis sentidos, y el sendero de tu sonrisa me confunde. Blanco, blanco. Uffff....negro, negro. La tarde se va abatiendo y bajo el peso de la prisa por la llegada de la noche me acerco a verle. Castillo medieval dice, pequeña buhardilla bohemia pienso. Perversión y sordidez a tutiplén, soledad y vacio. Grande, pequeño. Grandiosa y armoniosa risa...ojines de cordero más que degollado, desangrado. ¿Qué desalmado ser te destrozo con tanta alevosía? Marrones...mirarlos y sumergirte en las aguas de su melancólico pasado. Pequeños y arrugadillos, hablan mas de lo que podrían hacerlo las miles de palabras que suelta. Vuelan, ligeras y se pierden entre las arrugas del cielo y los vacíos de mi boca. Y no en vano se les conoce como espejos del alma, imposible silenciarlos. Me deleito en sus torpes te adoro silenciosos. Espero que al menos los mios sean algo más discretos.
Suenan campanas en mi bajo vientre y total ¿qué más dará? Deseo. Sube, baja, dentro, fuera.
...y para culminar, miedo.
Las campanas del como siempre repican en mi cerebro y, por ahora (espero), me sobra todo lo que pueda ir después de un te quiero y yo a ti más.

viernes, 25 de mayo de 2007

Opera

Y a pesar de ese continuará decidí obviar el resto de mi ayer. Mi ausencia fue puntal y mi puntal acabo de ausencia.
Y el no estar segura de mi actos consiguio mantener muy lejos de mi al sueño. Miau. Como tantos tormentoso acuestes mis suspiros le atragerón hasta la mazmora, ya son muchos años. Nunca demasiados. Aunque cansada, tumbada y arropada todo estaba perfectamente dispuesto a ello, no lograba pegar ojo. Suave y blandito se colo entre las sabanas y con un grave ronroneo me invitó a desahogarme. Las palabras que pronunciasté fueron correctas, bruscas pero correctas. Todo tiene un limite. Sucumbo.
Y despierto, las dos de la tarde...la hora en la que deberia estar llegando al aula. Mi tremebundo acompañante hizó escabechinas durante las ausencias. Yo imitando a un feto, el con todo su cuerporro posado sobre mi costado. Horrible postura, tortura para mi espalda. Como puedo me vuelvo, me guiña un ojo. Cabron...cuanto te quiero.
Hoy es el primer día del periodo X me da por la opera. Abrigate, corramos. ¿30 minutos dando vueltas bajo la lluvia serán suficientes? Deberías ir a clase. No tengo mucha hambre, tampoco es que haya mucha comida. Nada cocinado...gazpacho y salmon, vamonos. Me escondo y decido, supongo que si contare el resto de mi ayer... a mi manera como siempre.


Vois sur ton chemin

Estoy cansada, pero ultimamente ya no es una novedad. Aprendo a sobrellevar el estúpido peso del fardo indescifrable que cargo sobre mi espalda. Releo mi isla de ego y vislumbro su sombra en todas las palabras que tan pretenciosamente fui diseminando. Todo penas, todo fardo.
Toca hablar de apoyos, de arrietes y puntales que sin comerlo ni beberlo, supongo que sin siquiera darse cuenta, me aligeran.
Hoy empezó mal, poquito a poco fue remontando y aunque al final todo ha terminado peor de lo que empezó, en la cresta de la parábola creo que llegue a emplear todo el espacio del pecho y aspire varias veces un aire puro, puro.
Teniendo la noche pendiente de la decisión de un pater familia ajeno, me apresuré a cumplir con las pequeñas obligaciones que me había impuesto por la mañana. Rápido. Rápido o llegarás tarde. La irlandesa te espera.
Llegué 10 minutos antes de la hora fijada y...¡¡cielos!! no puede ser. ¿Ya me estas esperando? Sonrisa. Comida basura por no saltarse la tradición, mesa con silloncito ¡rápido! sientate ¿el menú de siempre? El de siempre. Y mientras espero te observo desde el supuesto sillón de pega y recuerdo.
Me viene a la cabeza el primer día de clase. Yo asustada y perdida. Mezcla de compasión y risas en tu iris amielado. Ven, fiate de mi. Como para no hacerlo...
Y hoy casi dos años después sigo invocandote apenas un par de horas antes, todo improvisado, como nos gusta Y unas veces si y otras tantas no. Te hablo. Me hablas. Insustancialidades. Sonrisas. Hombres. Risas. ¿como lo ves? nubes en el entrecejo. Sonríe de nuevo. Y de repente...fe de ausencias. Su recuerdo.

*continuará*

jueves, 24 de mayo de 2007

Sin pastas

Hoy amanezco temprano, para lo que suelo ser yo. Mil millones de esfuerzos, y me quedo corta, me cuesta meterme en la ducha. Entrevista de trabajo. Umm desayunemos, ante todo ir con buen pie.
Galletitas de almendras, recubiertas de chocolate, integrales, con fibra... yo quería las extremadamente exquisitas pastas de mi pueblo. Les perdonaba todo, hasta su forma de corazón....
¡Las regale! Maldición maldita...engullo sin ganas tres galletas de almendras y me preparo un té (la leche dijo adiós a este mundo cruel hace exactamente un mes, ¿como coño puede seguir en la nevera? huele mal. Dejo que parta al descanso eterno (todavía me regañarán)).
Bajo la luz grisácea de las ventanas me siento a ver como se va enfriando, rodeado con un trapo y cogido entre mis manos. Me transmite calor. La lluvia calma. Suspiro.
¿Que me deparará el día?