jueves, 7 de agosto de 2008

El hombre cansado

Que pasaría si te dijera que ya ni el sol, ni las estrellas, ni el mar tienen sentido. Que yo solo vivo para estar contigo.
Que mis ojos ya no ven, ni mis manos tocan. Que mis pezones ya no anhelan tacto alguno, ni mirada ni siquiera sonrojo. Solo el aire frío de la noche que te empuja hacía la nada, ese precipicio de no saber donde encontrarse uno a si mismo. Pero te lanzas y te encuentras, por que el lanzamiento sin arnés es lo que tiene.
O te estampas encontrándote y todo, al fin, vuelve a tener sentido.



jueves, 24 de julio de 2008

Mentira

Un hombre no es más que la sucesión de acontecimientos en los que ha ido participando a lo largo de su vida, íntimos o públicos, nos marcan y definen con la precisión de una plumilla afilada.

Los trazos de la piel hablan, menos que la lengua, pero siguen comunicándote ese algo que encierra y contiene al tiempo, el alma del individuo. Un hola, de la boca no correspondido con los ojos acaba confesando esa pequeña mentira / verdad que se esconde tras los párpados, los dibuja, traza y colorea con un sin fin de matices.
El arte de leerlos corresponde solo al viento, ya que la humanidad tiende a confundirlos e interpretarlos dirigiéndolos hacía si mismos. Craso error.
Esa pequeña mentira / verdad aparece desnuda, cuando el portador también lo está. En silencio, acompañado o en soledad. Transparente traspasa la figura, marcando trazos indescifrables, dejando a relucir palabras sin terminar. Algunas mal acentuadas, otras inconexas, juntas o revueltas...







¿Me lees?

miércoles, 13 de febrero de 2008

Perdona, tienes fuego?

Las cenizas del amanecer inundaron mi cabeza,
un sol ausente sonreia desde su escondrijo,
dibujando el perfil de las farolas.
Negras.
Las cenizas de alma se escurrieron entre mis yemas
y la chusta del amanecer se ahogo en un mar de lagrimas.
Rojas.
.
.
.
.
.
.
.
.

Tomen nota

martes, 5 de febrero de 2008

¿Demasiado?

Recostada sobre aquella apetecible cama y con mi reflejo tintado de rioja, dispuesta para el derribo me encontre sumida en una piscina que parecia profunda, pero en el fondo no cubria nada.

-"¿Demasiado? Siempre he pensado que es una de esas palabras que no deberían existir, al igual que nunca y siempre -me mira- No me dicen nada, quizás y siendo generoso mentiras. Una pequeña ayuda para el autoengaño encubierto"

-"¿Y que te dice suficiente?" denotando la impaciencia de mi carne al no recibir mi ansiada recompensa, pocas veces digo te quiero y menos seguido de demasiado, supuse que le daria un toque intenso.

-"¿Lo dices por lo de antes? Creo que no puedes decir te quiero demasiado, por que nunca puede quererse demasiado. Si es demasiado no estas queriendo, estas haciendo otra cosa por que como ya te he dicho... demasiado no debería existir, sin embargo es posible que algún dia me quieras suficiente..."

Descorri el telon de mis pezones y empeze a tocarme presa de una sonrisa.

-"Has dicho nunca, jeje"





Calla y follame, tonto.

domingo, 3 de febrero de 2008

Terror nocturno

Se comia el mundo a dentelladas, resquebrajandolo con sus afilados colmillos, desdeñando el jugo, quedandose con los mordiscos de carne más grandes.
Con el paso del tiempo, cuando las raices de sus dientes empezaron a debilitarse, y los apreciados caninos fueron desprendiendose poco a poco de sus encias, tuvo que adaptarse y sacar la lengua para asi chuparlo. Lentamente, disfrutandolo.
Cuando la sequia inundo su lengua y esta se resquebrajo deshaciendose en mil pedazos tubo que contentarse con mirarlo, tan grande, tan turbio y brillante al tiempo...girando siempre en su sin sentido.
Sus ojos agotados se diluyeron en un liquido espeso inundando sus cuencas mientras trataba de usar sus oidos para, al menos, escuchar el pequeño temblor que llegaba desde la superficie. Y entonces sucedió. Sin más le dio la espalda y decidió ignorarle.
El mundo le vió, y sin siquiera permitir a un suspiro escapar de su garganta, lo engulló.

Fin.




domingo, 27 de enero de 2008

lunes, 21 de enero de 2008

Y esa fue la duda que nació inocente en mi mente...

"No se si este dolor lo produce el olor del olvido o el tacto del recuerdo"
Con los labios empapados en aquel mejunje, mezcla de saliva y lágrimas, note mi determinación balancearse, inclinarse ligeramente a un lado, después al otro, empezar a agitar los brazos intentando mantener el equilibrio y...derrumbarse.





Fue difícil predecir el instante preciso en el que perdí totalmente el timón de aquel barco, e incapaz, pase de largo aquel puerto donde agarrar las amarras. La ultima oportunidad de firmeza y estabilidad la cambie por un vagar a la deriva. Al menos elegido...¿o no?

Sonrió sereno y luego no sonrió nervioso "que guapa estas hoy" glup "leí tu carta" y empezó a chorrear explicaciones antiguas y modernas, como si las palabras construyeran casas o plantaran huertos...saque la espada y una palabra agricultora la zafo con su rastrillo, me desarmo en un suspiro y el dueño siguió llorando. Empecé a sentirme mal sin saber el por que exacto y la duda rozo mi mente. Mi silencio se prolongaba mientras el me ungía en saliva y mi cabeza volaba "piensa en sexo, piensa en sexo, no dejes que te haga dudar...piensa en...su risa.. no, sexo! con mujeres atractivas..si, sexo...y todas sus rarezas...sexo, no sexo, no...aghhh cuanto le voy a echar de menos" Creo que ese fue el detonante, la certeza de echar de menos. Así que así, sin más, yo también me uní al derroche de sollozos. Y una punzada muy fuerte me hizo volver al presente; no se si este dolor lo produce el olor del olvido o el tacto del recuerdo...

Supongo que lo único claro es que no quiero perderle.

viernes, 18 de enero de 2008

Silencio improvisado

Dicen que no todo lo estrecho es malo, ni lo ancho cómodo, que perderse en un calcetín merece la pena y echarle sal al yogur te endulza la vida.
Yo solo digo...
...nada, y me quedo tan ancha.
Ya están otros para filosofar.
Nada.



viernes, 11 de enero de 2008

Las madres de las madres

Flaca sonrisa le hiciste a su recuerdo tapando aquella foto plomiza, en la que se mostraba lustrosa en su juventud, cubriéndola con aquel fotomaton de sus últimos y enajenados momentos. La mirada trasojada y vacía preside la imagen, entre rebeldes canas y un triste intento de peinado, mientras esos pelos famosos (los de vieja) cubren su rostro y las arrugas los acompañan en ese fútil intento de estafa a su falta de memoria. Y a la nuestra.
Cosas de madres con sus madres e hijas con las madres de sus madres...


-¿Tu quien eras?




Snap, snap, ninfómana mala!

Snap, snap, ninfómana mala!
Alejate de mi carne y de mi camino, no quiero verte.
Perturbando mentes, corrompiendo cuerpos, quitándole el lustre a la inocencia.
Snap, snap, ninfómana mala!
Recogiendo cosechas ajenas, abandonando al barbecho tus tierras.
¿te sientes bien? Snap, snap, ninfómana mala!



viernes, 4 de enero de 2008

Desencuentros

Se encontraron como nunca, viéndose de lejos entre la espesura de la muchedumbre. Los árboles desnudos saludaron al viento y las vidrieras de los edificios insomnes de la Gran Vía reflejaron sin pudor la emoción contenida de aquel momento. Bajo la expectación de aquel publico silencioso uno bajo la mirada y el otro siguió su trayecto. El estaba más delgado y su semblante arrugado reflejaba la tristeza de su alma inquieta, ella sobrevivió su adolescencia y el tiempo había soplado y casi borrado de su piel la fina capa de inocencia que antaño había recubierto todo su cuerpo. Una mano temblorosa la detuvo a tiempo. Mientras, unos ojos, que al principios parecían seguros, y comprobando la huida que el tiempo había provocado sobre el candor de su pequeña, interrogaron su alma, cercanos a una amarga tormenta.
-“Niña mala, aún te quiero”.
Un vistazo al suelo basto para saber que demasiado tarde era la sentencia. Y siguió caminando perdiéndose entre el gentío, mirando hacia delante. Mientras el cristal de un edificio tuvo que sujetar la espalda de el, y el viento congeló la lágrima a la que no pudo evitar el paso. No era por ella, era por todo. Hoy más que nunca, estaba solo.



Puzzle

Encajaron imitando a las piezas solitarias de los puzzles. Se juntaron para formar una imagen y se separaron al rato para perderse en la marea de fichas para que, con un poco de suerte, alguna vez, en algún momento, quizás puedan volver a juntarse.







jueves, 3 de enero de 2008

Entre almohadones

-"No sueltes ni el más mínimo gemido" le dije con la palma de la mano taponandole la boca y los ojos taladrandole el alma.

Supongo que un espacio para mi y mi alocado mundo es una de esas cosas por las que he luchado siempre y hasta hace muy poco no podía decir que lo hubiera conseguido. Ahora es mio. Apartir de la cocina empieza, mi pequeño estudio.
Lo primero que instale fue un caballete de madera pulida, regalo por mi, aun fresco, cumpleaños. Coloque mis pinturas en los cajones del armario, ordenadas por categorías y colores y esparcí los folios con o sin dibujos, mientras los lienzos poblaban todos los rincones. Un rollo enorme de hojas vírgenes marco el principio del fin y mi pequeño mundo se encadeno con el firme y particular propósito de robarles a todas la pureza. Y no solo a las hojas...
Al final ya con todo instalado me di cuenta de que faltaba algo muy básico, una pata de mi mundo que ni había considerado con la emoción del primer contacto. Un lugar donde perpetrar mi otro yo, el lascivo. Y con la excusa de que eran necesarios para que mis amigos pudieran sentarse durante el transcurso de sus visitas, entraron en escena tres enormes cojines.
El único inconveniente que le veía, y si digo le veía por que ya no me lo parece, era la presencia de mi padre al otro lado del muro. Posando la oreja contra la pared fría se escuchaba el rasgar de su pluma contra sus folios, o el pasar de la escuadra y el cartabón trazando planos. Me sentí coartada, he de reconocerlo, y durante un tiempo di rienda suelta a mis pasiones pictóricas por el día y a las impúdicas de forma nocturna, cuando el estuviera descansando en casa.
Hasta esta tarde.
-"No sueltes ni el más mínimo gemido" le dije con la palma de la mano taponandole la boca y los ojos taladrandole el alma. Mientras mi mano descendía veloz a desabrochar los botones de sus viejos pantalones marrones y su risa entrecortada no creyéndome en serio causaba estragos en mi determinación. Se me deshizo la boca cuando con violencia y contra su voluntad le obligue a "dejarse llevar"...
Lo que antes era miedo se convirtió en lujuria exacerbada. Y apoyada en la muralla que me protegía de mi padre vi la luna y las estrellas...y creo que también a Santa Claus.
La verdad es que no recuerdo los detalles, solo se que quiero más.
Y que ya he conquistado del todo mi espacio.